viernes, 20 de mayo de 2011

El hombre que no podía componer una canción

  Día 1: "Hoy, compré un papel para comenzar a componer, me dijeron que para componer había que escribir en pentagramas. Así que estuve todo el día pensando en pentagramas"[...]


 Día 2[...]"Finalmente me dí cuenta de lo que son los pentagramas y donde conseguirlos. Me dirigí a comprar uno, lo compré y volví a mi casa. Pero cuando quise empezar a componer, no se me ocurrió nada [...] "Me quedé pensando todo el resto del día en eso"[...]


Día 3[...]"Hoy, me dijeron que tengo que ponerle una clave al pentagrama. Me dijeron que ponga una de sol o algo así, no sé que eso, pero yo no quiero seguir las tendencias porque soy un artista original [...] "Finalmente la presión de la sociedad, me obligó a poner una clave de sol. Reflexioné todo el día sobre la sociedad"[...]


Día 4[...]"Hoy puse una figura negra (para los ignorantes que no saben lo hermoso que es el arte, una figura negra es un palito con un redondo negro) en el 2do subsuelo de el 1er piso del pentagrama. Ningún artista hace eso. Soy tan original[...] "Pasé todo el día felicitándome a mí mismo por eso"[...]


Día 5[...]"Hoy después de reflexionarlo puse una figura negra en el 1er subsuelo del 1er piso del pentagrama. Pero me decepcioné cuando escuché que hacer eso se llama Re. ¿Re? ¿Qué es eso? Odio a los artistas envidiosos y sus res [...] "El resto del día quedé enojado"[...]


 Y así, nuestro compositor que no podía componer, siguió día tras día componiendo y componiendo.


Día 389[...] "Hoy finalmente terminé mi obra maestra después de aprender millones de cosas nuevas como algo llamado corchea (tan difícil de explicar que nunca lo entenderán) y otras cosas de lo más importante para la música, o como yo la prefiero llamar, el arte de los dioses. Y hoy mostraré mi obra al mundo" [...] "Mi partitura se prendió fuego, ví horrorizado como una chispa de la cocina saltaba sobre mi ÚNICA copia, tendré que empezar devuelta desde cero, ya que no recuerdo que compuse" [...] "Todo el día estuve triste"[...]


Día 586[...] "¡Por fin! He terminado de recomponer mi obra maestra. Tengo 450 copias por si pasa algo. Esta vez el mundo será honrado con mi creación" [...] "Estoy indignado. Las personas me dicen que esa obra maestra ya existe y lo mío es un plagio. Todo es contradictorio, cuando pregunto el nombre de la obra, algunos me dicen que se llama el payaso Plin Plin y otros me dicen que se llama Feliz cumpleaños. Odio la vida, odio la música, son un público horrible y los odio a todos"

lunes, 16 de mayo de 2011

Normal y natural

  Cristina era una chica normal, normal para su isla. Estaba vestida siempre con su vestido blanco barroco normal, vivía con su familia en ese islote con forma de acantilado, en donde todo era un pantano. Su normal familia estaba compuesta por su padre normal, su hermano normal, su abuela normal y una persona que había llegado hace poco de la ciudad. 
  
  Como todo día, Cristina estaba cenando con su familia, al terminar, como todos los días, fueron a dar un paseo normal por el pantano nocturno. Todo iba bien y normal hasta que Cristina se dió cuenta de que no estaba con su familia. Al darse vuelta solo veía agua pantanosa, plantas pantanosas, ruidos pantanosos (lo normal), pero no veía a su familia. Comenzó a asustarse (lo que ocurre normalmente cuando uno no ve a su familia en un paseo familiar) y corrió. Atravesó desesperadamente todo el pantano, sin rastros de su familia normal, comenzó a horrorizarse cuando parecía que el pantano que ella conocía como la palma de su mano se iba convirtiendo en algo extraño y tenebroso. 
  
  Entonces apareció. Su miedo más profundo, su pesadilla mas temida, su pesadilla más profunda y su miedo más temido se había mostrado en frente de sus ojos. Una marioneta de madera sin hilos y musgosa, del tamaño de un hombre adulto (medidas normales, claro), que en vez de cara, tenía la máscara más fea que se podía imaginar y con una hoz de arma. El mismo monstruo de aquel día en que todos la tomaron por loca, cuando nadie le creyó que esa monstruosidad había matado a su madre.
  
  Cristina gritó, corrió, se desesperó, todas las cosas normales que hace uno cuando es perseguido por una marioneta horrible pero en pretérito perfecto simple (un tiempo verbal normal), hasta que chocó con algo y todo se transformó: El pantano era el pantano normal que conocía, ningún monstruo la perseguía y al levantar la vista Cristina se dio cuenta de que había chocado con su padre . Toda su famila (y el hombre que llegó de la ciudad) la miraban estupefactos. Otra vez Cristina parecía loca, nadie creyó que la estaba persiguiendo el monstruo. Su padre la miró fijamente y con un tono serio dijo: "Ni la medicina de la abuela puede hacer algo con tu salud, vamos a tener que llevarte a la ciudad"
  Cristina tubo que ser una actriz profesional en ese momento, aunque estaba aterrorizada por lo que le había pasado, y la noticia de su padre tendría que haber acentuado más ese sentimiento, Cristina se esforzó muchísimo para no esbozar una sonrisa. Por fin iba a conocer la ciudad y encima se iba a alejar del monstruo.  
  Todo parecía perfecto.
  Y así embarcaron en el pequeño bote familar normal. Cristina, su padre, su hermano y el señor que vino de la ciudad. La abuela se quedaría cuidando la cabaña familiar.
  Cristina quedó asombrada cuando empezó a ver rastros de la ciudad. Para ella no era nada normal lo que comenzó a observar. Como para mí la ciudad ya es conocida, podré describírsela mejor que nadie.
  
  Lo primero que observó Cristina son islotes de asflato, con rascacielos, o automóviles flotando en el mar. Es a lo que me refieró con rastros de ciudad, la ciudad es una isla, que no tiene playa como las ciudades marítimas extrañas en las que viven ustedes, sino asfalto, el asfalto comienza ni bien termina el mar.     Rascacielos gigantes se elevan en esa isla, formando 2 caminos. Y antes de comenzar el asfalto, es decir, en el mar Cristina pudo divisar 3 personas, un señor parecido al señor que vino de la ciudad, una señorita parecida al señor que vino de la ciudad pero con vestido barroco, y un niño parecido al señor que vino de la ciudad y por lo tanto parecido al señor parecido al señor que vino de la ciudad, pero más chiquito y con boina.
   
  Cuando llegaron el señor que vino de la ciudad comenzó a hablar en idiomas desconocidos para Cristina con las 3 personas. Al terminar de hablar el señor que vino de la ciudad tradujo lo que habló con las personas al idioma que conocía Cristina y se los comentó. Les dijo que esos 2 caminos que formaban los rasacielos eran los 2 sectores de la ciudad. El sector de golosinas a la izquierda, repleto de locales de variados colores con todas las golosinas inventadas por el hombre normal y a la derecha el sector de las máquinas, gris y aburrido. Dijo que para sanar a Cristina deberían ir al sector de las máquinas.
  
  Dirigiéndose por el camino derecho, Cristina observaba las caras aburridas de los señores del sector de las maquinas, y las comparaba con la de los niños felices del sector de las golosinas. Ah! Me había olvidado. Cristina siempre llevaba consigo un globo rojo, es tan normal y obvio que olvidé por completo que ustedes no lo pueden saber. Mientras caminaban por el sector de las máquinas, Cristina se asombró al ver a chicos con globos en un local parecido al de las golosinas, al parecer se había colado uno en el sector de las máquinas. Sin importarle las advertencias de su padre y el señor que vino de la ciudad, Cristina tomó a su hermano de la mano y corrieron al local. 
  Cuando llegaron se asombraron de todas las golosinas que había y Cristina quiso comer lo que ustedes los extraños llaman bombón, Cristina se preguntaba que tendría que hacer para obtener ese bombón, y pudo divisar un cartel que tenía dibujado 20 bombones, un  signo igual y un globo, en ese orden. Lo que Cristina interpretó como, si doy mi globo, el señor me va a dar 20 bombones, pero Cristina no podía dejar ese globo, era el último globo que quedó de los 10 globos que se le escaparon cuando Cristina vió horrorizada como el monstruo mataba a su madre. Al parecer ese globo rojo suyo era importante allí también, ya que un chico con idiomas que ella no entendía, parecía quererle cambiar su globo por uno amarillo 3 veces más grande que el de ella. Hasta el vendedor parecía ofrecerle más cosas por ese globo. Sin embargo Cristina se rehusó y se dirigió con su hermano hacia su padre y el señor que vino de la ciudad.
  
  Mientrás seguían caminado y su padre la seguía reprochando (un acto normal cuando te escapás de tu padre para ir a canjear bombones por globos), Cristina quedo hipnotizada al escuchar por adentro de una casa vieja y vacía, en una esquina, a un cantante triste que cantaba lo que ustedes las personas extrañas y no normales llaman tango. Todo el mundo que estaba cerca de Cristina desapareció y solo existían el hombre, la casa, Cristina y esa triste melodía en otro idioma.
  
  Ahí debe terminar mi relato, o tal vez no. Si sigue lo va a determinar solo el sueño. Mientras, ustedes deberían hacer sus cosas extrañas y no normales, en su vida no cotidiana, en su mundo extraño y no normal, con otras personas no normales y extrañas.


 
 

lunes, 9 de mayo de 2011

No queda nada

    ¿Qué aura de superioridad tengo que hace que las otras personas quieran dejarme como pelotudo?
    ¿Qué verdad absoluta tengo que los otros envidian?
    ¿Qué hago que afecta a los otros?
    
    Y vuelvo. Vuelvo a cerrarme en mi grupito en el que confío. El grupo que me va a comprender, me va a sacar de todo lo malo, y sabe que es lo que pasa en realidad, sabe que me molesta y lo que me gusta. Saben lo que pienso de ellos y yo sé lo que piensan de mí.
    
    Lo único que me arraiga a Resistencia son ellos, por mí me voy con ellos a un país que nadie conozca y que nadie quiera conocer. Hacer 4 paredes que nos separen del mundo y quedarnos ahí, charlando, debatiendo, riéndonos. Haciendo lo que siempre hacemos.
    
    Hace mucho no veía la necesidad de alejarme de todo y de cerrarme, ya hasta llegé al punto extremo de ver a la sociedad como algo lindo, pero ahí vienen, la cosa que más odio y más temo: Juicios.
    
    Me juzgan, yo sé como soy, se lo que soy, conozco mis defectos, yo también me odio. No hace falta.
    
    Yo los comprendo, yo sé que son así por que sufrieron, todos sufrimos por culpa de nosotros mismos y ese sufrimiento nos marca. Y de ahí viene nuestra personalidad: Una careta que usamos para protegernos del mundo, para que no suframos más.
    
    Ahora quiero dejar todo, irme a ese lugar con ustedes y hacernos viejos juntos. Aunque seas puta y nos vivamos peleando, aunque no nos juntamos mucho y no nos tengamos mucha confianza y aunque te enojes cuando digo "que hijo de puta" y te exploten las venas.

   Y vos seguramente estás leyendo esto, no te eches la culpa. Las cosas pasan porque tienen que pasar. Lo que no nos mata nos hace fuerte.

lunes, 2 de mayo de 2011

Yo, universitario

   Lamentaba ya darle discontinuidad a esto, me desilusiono a mí mismo y a mis más de 50.000.000 de fans que sin ellos no sería nada, se los debo todo y sin Kurt Cobain tampoco sería nada yo por lo que ellos no serían nada y yo no sería nada y Kurt explota.
   ¿Qué ha pasado oh gran Eldari IV para que dejes de escribir tus extraordinarias frases que nos llenan de bohemiedad, amor, libertad, fraternidad e igualdad? 3 palabras: Presión, sociología y bohemios.
   Prácticamente todas mis penas de esta discontinuidad en mi escritura se lo debo a ella, a la sociología. No a las otras 2 materias que tengo que rendir que no sé porque no las estoy estudiando tanto como la sociología, lo que seguro lleva a que en sociología saque un 2 y en las otras 2 materias saque un porteño.
   Marx, Durkheim y Weber. Soñé con ellos, dormí con ellos, comí con ellos. Es un poco irónico que los padres de la sociología sean un economista que no se considera sociólogo, alguien en que ningún sociólogo moderno cree y uno que no sabía si ser sociólogo o económico o gnómico.
   Capaz me tenga que acostumbrar a relacionar todo lo nuevo que aprendo con todo el mundo, escuchar a una vieja diciendo: "Es culpa del gobierno" y pensar para mis adentros "Jejejeje una vieja boluda que no sabe que está teniendo un pensamiento mágico-mítico de la sociedad" y sentirme un sabio con barba y morenas y tases y café y frío y bohemios.
    A los falsos bohemios (descendientes de la falsa yarará) ya los odio, no puedo leer frases que digan: "Woahwhawo que canción mas orgasmástica" o "Que libro más cortarzesco", "Que picassesco tu plato de ñoquis", "Esta foto resume la vida misma", "Oh gran Kurt, gran Lennon, gran artista Bohemio que nadie reconoce tu sufrimiento y nadie lo reconocerá" Están abusando de su sensibilidad al arte, lo que agranda más mi no-sensibilidad del arte y me hacen quedar como un hombre de negocios que tiene empresas que contaminan el mundo y matan conejitos para hacerse tapados de meñique.
   Por último tenemos a mis viejos que me empujan al fondo de la pileta para sentir como el agua ejerce presión. "Dario no estás estudiando" "Tenés que decidir que es más importante" "Vas a trabajar de mozo en el hotel eh" "Yo a tu edad ya era presidente del mundo"
  Y ahí exploto.

   Lo único lindo es el frío y no puedo disfrutarlo porque estoy preocupado pensando si estudié bien en vez de estudiar lo que me lleva a presionarme a estudiar pero no sé si estoy estudiando bien y un ciclo sin fin.
   Todos creen en mí, menos yo. Yo solo quiero alguien que me diga: "¿Qué estudiaste hoy?" "¿Entendiste lo que estudiaste?" "¿Querés reirte de la gente bohemia conmigo?" "Que estudiante serieux" "Qué bobo este Durkheim" "Marx es un hámster" y cosas así. Y no, no hay nadie
   Mis penas son cada vez más boludas y las boludeces cada vez más penosas. Me voy a tratar de estudiar, como soy un estudiante serieux voy a poner publicar entrada en vez de vista previa