miércoles, 14 de septiembre de 2011

El monstruo

       "Que parezca seguro no significa que lo sea."

     

      "Desde que nací soy ciego".
     
     
     
      "Tuve que aprender a valerme por mí mismo en este mundo, solo, sin ayuda de nadie".
     


        ""El mundo da miedo", "el mundo es feo", "el mundo es malo". Siempre me repito esas frases en la cabeza mientras escarbo y escarbo más profundo en la tierra para tratar de esconderme. Tratando de refugiarme de todo lo malo, asegurándome un lugar para mí solo en este mundo en donde sobreviven los más fuertes y en donde fuerza es sinónimo de soledad."
     

        El monstruo siguió escarbando y escarbando, creyendo asegurarse un lugar seguro en toda esa oscuridad que siempre fue su hogar.
     

        Se topó con una roca maciza.
     

        Escarbaba con fuerza pero no podía romperla.
        Sus garras se estaban desgastando, pero el seguía intentado escavar. Sus garras empezaron a romperse, pero el seguía intentando escavar. Sus garras sangraban, pero el seguía intentando escavar.
        El debía poder, siempre se manejó solo. La soledad le daba fuerza, su sufrimiento se había convertido en una roca aún más dura que la que intentaba romper.



       Y lo logró.


     
      Pero brotaba algo de esa roca. "¿Sangre?" No, el no podía definirlo, pero la sangre era caliente y lo que fluía ahora era un líquido de la misma temperatura de las rocas, era un líquido frío.
      Lo saboreó pero no tenía gusto.
   

     El agua estaba inundando el túnel del monstruo, no podía respirar, no podía manejarse. Era algo que nunca antes había sentido, no es duro como las rocas, no es palpable, es algo feo como lo es el mundo.
     El monstruo estaba por desistir, su vida estaba por acabar...


    "¿Una voz? ¿Una voz extraña, justo ahora?"
 

     "Aguantá un poco más, te voy a llevar a la superficie"
 
    El monstruo odiaba estar siendo ayudado, pero su cuerpo no le respondía, no podía resistir. Sintió movimientos y preguntó que estaba pasando, pero nadie respondió.

   "Te lo dejo, llevalo hasta arriba que yo no puedo salir del agua"

   En ese momento el monstruo se dió cuenta de que la cosa que lo había ayudado lo estaba dejando a cargo de otra cosa, seguro para hacerle daño.
    Esta vez, el camino era más lento, y estaba sobre algo como una roca, no algo vizcoso como lo que lo acababa de ayudar.
    Este nuevo espacio era mucho más raro que el agua en donde había estado, había aire para respirar, mucho más que los túneles donde vivía, pero seguía siendo frío. ¿Acaso era un túnel gigante?

 
   "Es dificil encontrarte de noche, la próxima vez quedate más cerca" Dijo el monstruo con superficie rocosa.
   "Es porque soy mucho más rápido que vos, dejámelo a mí, lo llevo al refugio" Dijo una nueva voz.

   Esta superficie era suave y acogedora, estaba sobre algo muy reconfortable. Pero el debía estar atento, seguro querían comérselo o algunas de esas cosas horribles que hacen las criaturas de la superficie.
 

   "Hasta acá llego yo, no puedo pasar por ese agujero" Dijo la cosa acogedora
   "Brrrr, me querés matar haciendome salir con este frío"


  Otra vez era pasado a otra nueva criatura, esta vez una con la piel agrietada y seca. Quería seguir atento, pero irremediablemente, el monstruo desistió y cerró los ojos. Era algo increíble ya poder llegar a escuchar todas estas conversaciones, porque el monstruo tenía mucha agua en sus pulmones.


 
    "Parece que estás despierto, dale abrí los ojos" El monstruo reconoció esa voz como la última que había escuchado antes de desmayarse.
   "Tenés suerte de seguir vivo" La voz sonaba nuevamente
 
   Con las fuerzas restablecidas, el monstruo se comenzó a mover y forcejear tratando de zafarse de donde quiera que esté.

   "Tranquilo, tranquilo. Nadie te quiere lastimar"
   "Dale abrí los ojos"

   "No puedo, soy ciego"

   "Hasta ahora, dale abrilos"

  Y el topo abrió los ojos.


  Luego se enteraría de que lo que tenía enfrente suyo era una lagartija, que la cosa acogedora era un gato, que la cosa rocosa era un caracol y que la viscosa era algo difícil de pronunciar: Un axolote. Conoció el agua y la superficie terrestre, que podía ser fría en la noche y algo que hasta ahora no había sentido salvo en su sangre: El sol calentaba la tierra de día.
  Existían muchísimas cosas nuevas por descubrir, cosas malas y buenas. Pero el tenía la oportunidad de conocerlas a todas y descubrir todo lo que quiera.


  Y entre una de esas cosas que descubrió, el topo se dió cuenta de que los monstruos no eran las criaturas del exterior.


   




 El monstruo era él por cerrar los ojos

 

 

 

 
     
     

     
       

jueves, 8 de septiembre de 2011

...

     Acabo de borrar una entrada entera que estaba escribiendo, me sentía una persona feliz y completa que si moría ahora se moría feliz y ahora un triste que se quiere morir pero enojado.
     La verdad que 10 puntos para Gryffindor y me odio
   




 





    Que linda es la vida y que lindo es sentirse triste o enojado.